SEGURIDAD ALIMENTARIA PARA FAMILIAS BOLIVIANAS EN TIEMPOS DE COVID -19

En los meses de mayo y junio, personal de Ayni Bolivia se desplaza diferentes zonas de los departamentos de Oruro y del Beni para hacer entrega de bolsas de alimentos a familias de escasos recursos. Esta entrega de alimentos se hizo posible gracias al apoyo de entidades holandesas como Wilde Ganzen y Stichting Ayni Nederland que han hecho posible esta actividad.

Se han entregado un total de 80 bolsas de alimentos conteniendo: arroz, azúcar, harina, aceite, avena, fideo, te, set de jankaquipa, cuadernos y colores principalmente a 80 familias de la ciudad de Oruro.

Entre los beneficiados, están los padres y madres de familia de la comunidad educativa Mejillones, ubicada a 10 km de Oruro sobre la carretera Oruro- La Paz. Ellos han recibido estas bolsas de alimentos preparadas por Ayni; han agradecido este apoyo a la vez que expresaron un sentimiento de alivio ya que la bolsa recibida ira a cubrir las necesidades de alimentación de casi una semana de su familia. Muchos viven al día, son lavanderas o venden refrescos, algunos albañiles, algunas venden dulces y por la cuarentena no han podido salir a trabajar y están preocupados por la alimentación de sus hijos.

El proyecto también contempla varias actividades de apoyo al sector salud con mascaras faciales y trajes  de bioseguridad, alimentos a familias de escasos recursos; en el área de educación se desarrollan talleres de bioseguridad y cursos en línea para que profesores puedan dar clases virtuales. La falta de acceso a internet por razones de costos, dificulta y limita la educación. Muy pocas familias pueden pagar una conexión wi-fi.

Entrega a personas sin recursos y de muy bajos recursos que deambulan por la zona central.

En Oruro es época de invierno y las temperaturas en la mañana oscilan entre 6 y 12 grados. El equipo Ayni hizo entrega de bolsas de alimentos en zonas aledañas al centro de la ciudad ya que ahí se concentra gente que pide limosna y gente de escasos recursos que tratan de ganarse algunas monedas vendiendo dulces o plantas como eucaliptus que se utilizan en invierno ya que ayuda a disminuir afecciones respiratorias. En las calles de Oruro no es difícil de encontrar estas personas a quienes les entregamos las bolsas de alimentos.

La pandemia ha provocado un cambio brusco en la forma de ganarse la vida, por ejemplo doña Maria nos comenta “soy lavandera y ahora no encuentro trabajo por la cuarentena”. La situación es extrema, ya que nadie quiere recibir lavanderas en su casa para hacer el lavado, debido al peligro de contagio.

Doña Domi (nombre ficticio) nos cuenta que viene desde la zona periurbana de Pumas Andinos a vender dulces con su niño de 10 meses de edad, porque no tiene como mantener a sus tres hijos.

Una abuelita como solemos llamar a la gente mayor que solo se dedica a pedir limosna porque ya no tiene fuerzas para trabajar.