MES DE AGOSTO MES DE LA PACHAMAMA EL RITO DE LA KÒA
Los saberes y conocimientos ancestrales hoy en la actualidad cobran mucha importancia, ya que se expresan en experiencias prácticas, que de alguna manera, contienen una potencial riqueza de saberes de nuestros abuelos y abuelas, es así que dentro el marco del Nuevo Modelo Sociocomunitario Productivo de la Ley 070, se pretende recuperar esos saberes y modos de vida, practicando la interculturalidad de las y los estudiantes de los padres de familia, como también de los docentes, que son de distintas comunidades valorando la diversidad cultural con la que vienen a nuestro establecimiento, es así que el pasado viernes 22 de agosto, la Dirección y Plantel Docente de la Unidad Educativa Mejillones 1, llevó adelante una actividad muy singular, como es la recuperación de saberes y conocimientos de nuestros ancestros, el Rito de la Kòa, como una costumbre que año tras año se alcanza a la Pachamama, pero esta vez con mayor relevancia, puesto que según nuestros ancestros el mes de agosto la Pachamama está de hambre y debemos darle su alimento, alcanzando una mesa blanca para nuestra Unidad, esto con el único objetivo de proteger a toda la Comunidad Educativa de las desgracias y nos vaya bien en nuestras actividades cotidianas, particularmente a nuestra niñez estudiosa, para ello según las creencias, no importa cualquier día del mes de agosto a las 12 del medio día o 12 de la media noche, nos tocó esta vez alcanzar a las 12 del mediodía, para ello utilizamos carbón, para encender la braza, colocando al centro de una mesa con aguayo la mesa blanca, con una variedad de misterios, mientras acompañamos a la Pachamama pijchando 3 veces la coca, acompañado de una lejía dulce o salada de acuerdo al gusto de quienes estamos en el rito, challando con alcohol puro en las 4 esquinas donde se encuentra la mesa blanca y los 12 misterios, una vez encendida la braza a la cabeza de la Directora y sub-Directora, todos los docentes cogen con una mano una parte de la mesa blanca en dirección de la braza encendida, colocando como un aditamento esencial azúcar y canela para completar el alimento de la Pachamama, realizando de manera independiente sus peticiones. Así todos efectuamos esa unidad entre el ser humano y la Madre Tierra, la naturaleza, buscando la complementariedad a partir de esos conocimientos, para finalizar todos nos damos el abrazo expresando el ¡JALLALLA! ( viva) correspondiente.